Quisiera pasearme en el iris de tus ojos, ser resplandor difuso que ciega tus sentidos, atrapar la gota que derrama tu alma y perderme en la creación...



...esa palabra que nunca quiso pronunciar


Cuando las sombras recorren la noche vestidas de negro pésame, el adiós se esconde borracho de ansiedad detrás del silencio.
Las caricias mutuas se olvidan, duelen las palabras y se despierta el llanto devorando el miedo que la desilusión vende en la historia, sin permiso.
La luna descarna la libertad de la tristeza y el oculto tesoro, cubierto de silencios pálidos y fúnebres, sirve de cuenco a las palabras huecas.
Hay tanto que olvidar, que el adiós se transforma en membranas de historia frágil que se resquebrajan cuando las palabras no pueden hablar.
Solo las sombras saben del silencio inquisidor de las palabras que apuñalan la historia...mientras, el adiós, se descubre pronunciándose ebrio de nostalgia entre esas palabras que nunca quiso articular.


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1 comentario:

  1. Cuando el amor no es correspondido, es cuando se tiene plena conciencia del verdadero amor.
    Y las palabras, dichas u omitidas, tienen poca importancia.
    Un abrazo.

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