Quisiera pasearme en el iris de tus ojos, ser resplandor difuso que ciega tus sentidos, atrapar la gota que derrama tu alma y perderme en la creación...



XI

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Pirueta

Me desnudo de preocupación
y libero una lágrima
para deprenderme del miedo;
accedo a tu propuesta.
En tus manos me entrego,
cierro los ojos
y en mi carne,
como vuelo de gaviota,
siento despuntar el día,
mientras mi vestido de amor y seda
sigue viajando en tu crucero de lujo.
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X

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Déjame rehacerte en mis manos,
amarte sin piel,
llevarte al grito de la noche
y deshacerte en el filo mortal de la luna llena.
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IX

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Recuerdo el olor de tu carne
recorriendo la historia de la mía.
El sudor de tu piel
goteando por mis aristas,
el perfil de tus labios
marcando a fuego lento mi destino.
Recuerdo la saliva en mi garganta
ahogando mis suspiros,
tus pupilas grabadas en el pasado invisible
y tus manos frías....
Recuerdo que eras mío...y la noche te deshizo.
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VIII

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Si miraras mis ojos desde esa atalaya de tu ausencia,
desde la solitaria cumbre de tus pensamientos,
verías que derraman sangre.
Si te atrevieras a mirarme,
verías como los cristales arañan mi carne
y se llevan la piel como homenaje.
Si me escucharas
oirías como resuenan en el vidrio de mi alma,
silicio monumento a mi cordura,
y se arrastran por el suelo
bajo mis pies descalzos,
para seguir construyendo su tortura.
Si me escucharas....
sabrías que convertí en lagrimas las penas
y sufrí el dolor de parir locura.
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VII

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No habrá crucifixión para tu olvido
eres tea impregnada de resina
que arde en las entrañas de mi mente
tus manos vacías de mi, se llenarán
de algarabía, voces de mi boca
que vomita sus miedos y
se encuentra descorriendo escombros
para ir a tu encuentro.
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VI

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En una noche profunda
atraes negrura
y mezclas con sonidos, silencio y madrugada;
los miedos de una noche amarga.
Entre las voces difusas de unos labios desérticos
imploras a gritos un beso de agua
y cabalgan las huestes desatadas
la carne fértil y la piel de plata.
Repiten los segundos su ritual de lacra
y se acerca mi muerte,
pero el tiempo pasa
y la noche vuela a mis pies
entre la negrura,
la noche profunda...
y tu piel de nácar.
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V

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Tu piel sin tiempo padece la inmovilidad del horizonte
mientras tus ojos mudables contemplan la sutileza de un ocaso,
entre tus labios la palabra es verso
y entre tus manos, yo soy marea inconstante.
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IV

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Inundada por la luz de un amanecer
mis ojos dibujan el contorno oculto del horizonte,
un mundo inanimado queda entre mis dedos
inerte...
Es el mundo de tus sueños
que se desplaza y extingue
como las olas en la marea de tu piel.
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III

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Me llevas a tus sueños
y la nebulosa de contorno impreciso
me acorrala,
intimidas mis miedos
y de la negrura de la noche
germina un amanecer
que transforma mi piel
mis ojos y mi voz
en una perspectiva proporcionada.
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II

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No he de darte de mí solo un pedazo
me arrancaré la piel y los sentidos
y será mi carne tuya en un abrazo,
invocaré en un grito a mi alma
y me desprenderé del valor,
para entregarme;
seré piel de tu piel, sol de tu carne
y memoria imperecedera
en tu semblante.
No he de darte de mí solo un pedazo...
toda yo seré tú en un instante.
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I

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He recordado tu momentos de ausencia...
y he llorado..
he sentido las huellas de tus pasos
marcando mi historia...
y una mueca burlona
se dibujó en mi rostro..
he querido viajar en el tiempo...
y te he encontrado.
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