Quisiera pasearme en el iris de tus ojos, ser resplandor difuso que ciega tus sentidos, atrapar la gota que derrama tu alma y perderme en la creación...



VI

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En una noche profunda
atraes negrura
y mezclas con sonidos, silencio y madrugada;
los miedos de una noche amarga.
Entre las voces difusas de unos labios desérticos
imploras a gritos un beso de agua
y cabalgan las huestes desatadas
la carne fértil y la piel de plata.
Repiten los segundos su ritual de lacra
y se acerca mi muerte,
pero el tiempo pasa
y la noche vuela a mis pies
entre la negrura,
la noche profunda...
y tu piel de nácar.
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